La suerte, ¿una cuestión de geografía?

¡Muy buenas! Os traigo el primer post de un invitado al blog de Penúltimo Viaje. En este caso, el honor de inaugurar esta sección será de Natalie, una encantadora e interesante chica italiana (aunque a ella le gustaría más que la definieran como «del mundo») que tuve la suerte de conocer en la ciudad de Varanasi, durante mi recorrido por India.

Tras leer su interesante reflexión en su Instagram, le pedí si podía traducirla a nuestro idioma, y así de paso siguiera haciendo gala de su increíble dominio de los idiomas (¡habla seis idiomas, muchos de ellos fluidos!), y maja y atrevida como es ella, se puso manos a la obra, y gracias a ello podemos disfrutar de su interesante reflexión aquí, y en castellano.

¡Muchas gracias por colaborar Natalie! 🙂

Este artículo se escribió originalmente el 11 de marzo de 2020.

¿Hemos parado alguna vez a pensar el significado que tiene el pasaporte? Representa un estatus, un privilegio que algunos tienen, y otros no.

Pasaporte italiano
Mi suerte, mi pasaporte «rojo»

El pasaporte es el símbolo de la desigualdad mundial, de la discriminación, de la suerte. Porque ¿acaso no es suerte la de tener un pasaporte rojo, un pasaporte de la UE? ¿Y cómo habría sido mi vida si el color de mi pasaporte hubiese sido verde o azul? ¿Hemos parado alguna vez a reflexionar sobre esto?

Es absurdo cómo el destino de un ser humano depende de un color. De un color. ¿Y nos hemos preguntado alguna vez si lo que está garantizado para nosotros está garantizado para los otros también? Porque yo creo que jamás nadie nos hizo reflexionar sobre los privilegios de ser un ciudadano de la Unión Europea. Nadie nunca me había contado que para entrar en Turquía no necesitaba nada más que mi DNI, pero que si eres turco y quieres viajar a Europa, no solo necesitas un pasaporte, sino que también tienes que aplicar al visado. Y esto no garantiza que lo obtengas. Nadie me lo había contado hasta que conocí a mi amigo turco que soñaba con viajar a Europa, la tierra inalcanzable. Y me lo decía mientras paseábamos por las calles de la capital turca a la que yo había llegado con gran facilidad, subiéndome a un vuelo pagado con unas cuantas docenas de euros. En la puerta de ese vuelo que quedaba abierta para mi, y cerrada para él, yo veo la verdadera expresión de la desigualdad.

Amigos de diferentes nacionalidades
Personas de diferentes nacionalidades, pero PERSONAS al fin y al cabo

Y luego un día empecé a soñar con Australia, pero la verdad es que tampoco tuve que soñar mucho, ya que me otorgaron el visado una hora después de haberlo solicitado. Una hora. Y si esto no os suena bastante increíble, quiero contaros que mi amigo brasileño esperó seis meses para que le otorguen su visado. Seis meses. Gracias a mi visado, yo podía vivir en Australia durante un año, y trabajar 40, 50, 60, 100 horas por semana. Básicamente cuanto quería, donde quería y haciendo lo que quería. Durante un año entero. Y me lo otorgaron en una hora. Pero si tu pasaporte es azul y pone “Republica Federativa do Brasil”, entonces la única forma que tienes de quedarte en Australia a largo plazo es sacando un visado de estudiante, lo cual te permitirá trabajar solamente 20 horas por semana y además tendrás que pagar la escuela a la que tienes que estar inscrito.

Así que mientras yo ganaba alrededor de mil dólares australianos por semana, y ahorraba centenas para mis proyectos futuros, mi compañera de cuarto brasileña se levantaba a las 6 de la mañana para irse a trabajar. Todos los días corría el riesgo de que la pillasen por trabajar más horas de las que estaban permitidas por su visado, y todo para ganar lo suficiente para pagar su habitación compartida con otras dos personas, algo para comer, y la escuela que tenía que frecuentar. El dinero no le alcanzaba para ahorrar para sus proyectos futuros. La única distancia entre ella y yo que mis ojos podían ver, eran un par de metros entre nuestras camas. En cambio, el color de nuestros pasaportes marcaban una distancia mucho mayor de la que yo jamás podría haber imaginado, mientras de pequeña crecía en Italia creyendo que todo se me debía. Viajar me hizo entender lo que significa ser italiana, y me pesa. Me pesa esta suerte que no tiene lógica, me pesa la mirada de los que no tienen lo que yo doy por sentado. Pero al mismo tiempo me gusta, porque soy egoísta, y vamos, mejor no tener que esperar seis meses hasta que me otorguen el visado, ¿no?

Contemplando Sydney
Contemplando la maravillosa ciudad de Sydney

Siempre di algo como la libertad de movimiento por sentado. De hecho, desde pequeña, viajé por toda Europa sin pasar por un control de inmigración, y a veces ni me daba cuenta de que había cruzado una frontera, porque todas las puertas quedaban abiertas para mi, y siguen abiertas frente a mi pasaporte rojo.

Así que si hoy te sientes agobiado en Italia, solo tienes que pagar unos 20€ para un vuelo de Ryanair y en unas cuantas horas llegarás a Berlín, París o Barcelona, donde podrás empezar una nueva vida. Por favor, parad un segundo a reflexionar sobre el enorme privilegio que tenemos de poder vivir y trabajar en otros 27 países sin aplicar a un solo visado. Quiero repetirlo una vez más: 27 países.

Mural diferentes nacionalidades
Mural en Rio de Janeiro, Brasil. Para muchos, este diseño es lo máximo que verán del mundo.

¿Sabéis en cuántos países puede trabajar un mexicano sin necesitad de un visado de trabajo? En 1. En México. ¿Y sabéis en cuántos países puede trabajar un indio sin necesitad de un visado de trabajo? En 1. En India. ¿Y sabéis en cuántos países puede trabajar un tunecino sin necesidad de un visado de trabajo? En 1. En Túnez. ¿Y sabéis en cuántos países puede trabajar un italiano? En 27. Yo creo que este es un privilegio tan grande, que excede nuestra capacidad de comprensión. Pero creedme, cuando miráis en los ojos a un venezolano, a un turco, a un tunecino que sueñan con lo que para nosotros siempre ha sido tan normal y obvio, en ese justo momento os dais cuenta de lo quiere decir tener un pasaporte que pone “Republica italiana”. Así que la próxima vez que estaréis a punto de subir a un vuelo para Tailandia, con ganas de disfrutar de las maravillosas playas de arena blanca y agua de coco fría, por favor daros cuenta del privilegio que es ese.

Mochilera horizonte

En esta época de Coronavirus, me encuentro atrapada en Asia, mientras mas y mas países están cerrando sus fronteras o haciendo casi imposible la entrada para los ciudadanos italianos. Por primera vez en mi vida, alguien está cerrando su puerta en mi cara, y es un sentimiento raro el encontrarse fuera, mirando a esa puerta cerrada y preguntándome qué es lo que se esconde detrás de ella. Pues, detrás de ella está mi vuelo de vuelta a Italia, que estoy imposibilitada a coger. ¿Y quién lo habría dicho? Cuando lo compré, tomé en cuenta el precio, la fecha, el itinerario, pero jamás habría considerado el hecho de encontrarme frente a una puerta cerrada. Una vez más di por sentado lo que no lo es; la libertad de movimiento. Llena de ingenuidad y egoísmo, creí que iba a entrar porque siempre ha sido así para mi, siendo yo ciudadana italiana.

Advertencia restricción países coronavirus

Entonces quiero que esta frustración que estoy sintiendo ahora se convierta en aprendizaje, quiero que me ayude a entender aún más que lo que yo doy por hecho, simplemente no lo es. Y mientras busco una solución, en este mundo en continua evolución, mientras me enfado porque mi ego no consigue lo que quiere, mientras las personas se alejan de mí cuando descubren que soy italiana, yo aprendo lo que significa ser “indeseada”. Y lo aprendo de primera mano, mientras sigo mirando esa puerta cerrada, o ese puerto cerrado que le gustaba tanto al ex ministro del interior italiano, que al final es lo mismo. Así que mañana quizá deje de pedir, y empezaré a dar las gracias. Quizás.

¡Comparte si te ha gustado!

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies